AVES VAMPIRO EN LAS ISLAS GALÁPAGOS
Pequeñitos y de pico largo y puntiagudo, picotean y picotean
suavemente entre las plumas de un ave mucho más grande, aunque sin
espantarla, hasta que le sacan gotitas de sangre y se hacen un festín
bebiéndola.
El pinzón vampiro, un ave de 10 centímetros de altura (cuatro
pulgadas), es uno de esos animales misteriosos que se encuentran solo en
las islas Galápagos y que los científicos están recién ahora empezando a
investigar en este rincón del mundo que es un verdadero laboratorio
para el estudio de la evolución de las especies.
"Es el primer caso de hematofagia en aves. No existe ningún caso
que haya sido documentado en ninguna otra especie de aves que infrinjan
heridas a otras aves con el objetivo de obtener sangre, y se alimenten
de sangre por largos períodos", declaró a la Associated Press Jaime
Chaves, profesor e investigador de la universidad San Francisco y quien
dirige el primer estudio sostenido, de un año, que se hace de estas
aves.
"Estos pinzones son vampiros facultativos. Cuando tienen
disponibilidad de alimentos, en la época húmeda, comen semillas o
pequeños insectos, pero en la época seca, prácticamente toda la
vegetación herbácea desaparece y lo único que queda son otras aves
marinas. Es en esa época cuando los pinzones adoptan la condición de
vampiros, alimentándose de la sangre de los piqueros de Nazca", expresó
Jorge Carrión, director de gestión ambiental del Parque Nacional
Galápagos, que colabora en el estudio, en diálogo con AP.
Aclaró que los pinzones se encuentran en todas las islas de
Galápagos, pero que solamente en Darwin y en Wolf está la variedad que
ha desarrollado esta característica de hematófagos.
Con este estudio se espera desvelar uno de los misterios de la
biología que ha sido muy poco estudiado, aunque su comportamiento ha
sido reportado desde 1960.
Los científicos buscan determinar si paralelo a la evidencia
hematófaga realizada en las observaciones, los pinzones han desarrollado
adaptaciones metabólicas para procesar la sangre de la que se alimentan
por casi seis meses, si en su saliva hay sustancias anestésicas y
anticoagulantes, como en otras especies hematófagas (insectos), y
determinar si la comunidad científica está frente a un caso de evolución
convergente: es decir, que distintas especies desarrollen
características similares para aprovechar un mismo elemento, en este
caso la sangre, según Chaves.
La ciencia ha logrado documentar la vida de los hematófagos más
comunes, incluidos mosquitos o murciélagos, pero se sabe bastante poco
de los pinzones de las islas Darwin y Wolf, en buena medida por lo
difícil que es estudiarlos en su hábitat, dos islas inhóspitas en el
extremo norte de este archipiélago ecuatoriano, en medio del océano
Pacífico, a 1,000 kilómetros del territorio continental.
La mitad del año hay condiciones climáticas extremas en las
islas, con soles inclementes, sin agua y sin vegetación. En esa época
que el pinzón vampiro se convierte en hematófago y empieza a succionar
la sangre de una especie de tamaño mucho mayor, los piqueros de Nazca,
que anidan y se reproducen en las dos islas aprovechando la abundante
alimentación que obtienen del mar.
"Es su único alimento por seis meses", dijo Chaves, quien
encabeza un grupo que incluye cinco científicos ecuatorianos y uno de la
Universidad de Miami.
Los científicos solo pueden quedarse una semana en esas islas
para cumplir las disposiciones de las autoridades destinadas a preservar
intactos esos sitios. Durante esos períodos observan y atrapan
ejemplares vivos de los pinzones vampiro, con mallas muy delicadas, y
les toman muestras para el estudio.
El proyecto comenzó en febrero, la época de lluvias y en la que
estas aves comen semillas e insectos. La segunda etapa del estudio se
cumplirá en noviembre, en lo peor de la época seca, cuando están en su
fase de alimentarse y beber sangre para suplir alimentos y líquido.
Las islas Galápagos son territorio ecuatoriano ubicado a 1,000
kilómetros del continente, en donde el científico inglés Charles Darwin
pudo ratificar su teoría de la evolución de las especies, que fue
publicada en 1859.
Dadas sus especies únicas en el mundo, animales y vegetales,
terrestres y marinas, en 1978 la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación la Ciencia y la Cultura declaró a las islas Galápagos
Patrimonio Natural de la Humanidad.
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